Viviendo de madrugada, mercado de Tsukiji

SON LAS 2 AM, tenemos los ojos como platos, en el próximo capítulo de Diarios de Japón, os contamos lo que hicimos. Será para todos los públicos. 

Así terminaba nuestra anterior entrada en el blog sobre los primeros días en Tokyo.

Eran las 2AM, ojos cómo plato y despierto, lo primero que se me ocurre es ponerme a leer, un rato, que voy a hacer, los sitios de sushi están cerrados todavía. Un rato después se despierta Ruth, mucho más lista y práctica que yo, propone que ya que estamos despiertos, son las 3AM o antes, podemos ir al mercado de pescado, el mercado de Tsukiji, según las guías de viaje, la lonja de pescado más grande del mundo, y una de las visitas que todas las guías, amigos que han estado en Japón y blogs recomiendan. Y además para poder verla, todo el mundo recomienda ir pronto, sobre las 5 o 6 de la mañana. PERFECTO!

Pero claro, quedan 3 horas todavía. Bueno, pues nada, a correr. Unos kilómetros por la zona de Ueno y la nueva Tokyo tower a las 3AM despiertan a cualquiera. Una ducha y en marcha.

Nos cogemos el metro desde la estación de Inarichō, la parada más cercana a nuestro hostel de la línea Ginza (el metro de Tokyo abre a las 5AM) hasta Shinbashi, la parada más cercana al mercado de Tsukiji. Tuvimos que dar unas vueltas por la zona, ya que la entrada a la zona del mercado es enorme, en realidad puede que estés dentro y no lo sepas.

Empezamos a pasar las diferentes zonas o anillos alrededor de la «zona cero», lo que nosotros queremos ver, los peces, y sobre todo, la subasta de atunes rojos -totalmente prohibida para turistas-.

Comenzamos viendo tiendas de útiles de cocina, encuentras de todo, desde la raíz del wasabi por kilos hasta palillos (hashi) y cazuelas.  Continuamos y ya vemos camiones, cajas de «porespan», minoristas que vienen a comprar y mil y un carretillas  que se mueven como si no hubiera gente en medio. Un poco más adentro ya empezamos a ver lo que es las zonas de carga para los camiones y a lo lejos vemos la materia prima.

Primer problema, los policías no nos dejan entrar. Nos dicen que es muy pronto, que los turistas molestan a la gente que está trabajando y que desde hace un tiempo solo pueden entrar a partir de las 9 de la mañana. He de decir que me parece normal, los turistas con nuestras cámaras de fotos podemos ser muy molestos, pero en realidad en ese momento nos da lo mismo, son las jo..das 5 y pico de la mañana y queremos ver la lonja, y a poder ser, la subasta.

Nos intentamos colar, pero siempre nos encontramos con algún policía a una altura o a otra. Os tenemos que decir, que en estos casos nosotros siempre llevamos la cámara guardada, nos interesa ver el ambiente, conocer un poco más lo que hay dentro, no simplemente hacer la foto. Así que nos guardamos la cámara e intentamos pasar desapercibidos cual pescateros del norte de España… 😉

Al final, conseguimos entrar, siempre con mucho respeto, pasamos a la zona de los puesto de pescado, con la cámara guardada, sí hacemos alguna foto de estraperlo con el móvil, siempre pidiendo permiso a las personas que están trabajando e intentando ser lo más respetuoso posible, a mí no me gustaría que vinieran a hacerme fotos cuando estoy en la oficina.

Al final, hasta conseguimos llegar a las puestas de la subasta de Atún rojo, es espectacular, intentamos no molestar, pues sabemos que está prohibida la entrada y no queremos que nos echen, así que nos quedamos en la puerta, viendo cómo funciona todo. Finalmente, un señor -aparece en las fotos con un pañuelo blanco en la cabeza- con dos katanas gigantescas que utilizan para cortar los atunes -de más de 200kg- nos hace una señal colocando las dos espadas formando una cruz -la forma de los japoneses de decir no-. Lo entendemos rápidamente y continuamos con nuestro paseo por el interior de la lonja.

Vimos una pequeña parte de la lonja aunque estuvimos andando por dentro más de 2 horas.

Y todavía son las 8AM del 21 de diciembre… en el siguiente post os contamos lo que desayunamos, fresquito, fresquito.