Me hacia especial ilusión la excursión al mar muerto. Es una de las miles de cosas que piensas que hay que hacer en esta vida, he oído tantas veces hablar de como «flotas» en el mar muerto que no podíamos volver a España sin hacer esa excursión, así que reservamos uno de los días para hacer, por libre, una excursión a Masada y Mar Muerto.
Alquilamos un coche en Ramallah (con matricula israelí) y nos dirigimos hacia nuestro destino. Aunque estábamos en invierno no había problema, el desierto nos esperaba con un agradable día veraniego, cálido pero suave.
Hay varios puntos donde pararse para disfrutar del mar muerto, nosotros un poco por casualidad, elegimos Ein Bokek, una especia de pueblo de vacaciones ( lleno de hoteles ) con playa más que aceptable y duchas ( esto es interesante por la cantidad de salitre que se queda pegado a tu piel). Ein Bokek estaba a unos pocos kilómetros de Masada, primero visitamos el asedio y luego fuimos a disfrutar de la playa.
Lo primero que nos llamo la atención fue el propio viaje. Vas por una carretera de esas que en los ambientes desérticos parecen interminables: rectas kilométricas, solazo y poquísimo trafico ( recuerdo a los lectores que estábamos a finales de enero) y que íbamos ¡bajando! ¡bajo el nivel del mar!.
¿Cuanto hay que descender para llegar al Mar Muerto? Unos 417 metros ( bajo el nivel del mar). Es el punto más bajo de cualquier masa terrestre. En la carretera hay indicaciones y en algunos momentos puedes notar molestias en los oídos… pero no parece que estés bajando.
El desierto por el que transitas es el Desierto de Judea, un desierto en Israel y en Cisjordania, y es parte del corazón bíblico Reino de Judá. Muchos episodios del Antiguo y Nuevo Testamento se desarrollan aquí: Cuando David huyó del Rey Saúl, el se escondió en varios lugares del Desierto de Judá (Zif, Maón y Engadi). Juan Bautista predicó aquí y parece probable que Jesús fuera tentado aquí también. Herodes el Grande construyó dos fortalezas (Herodión y Masada) en esta área para protegerse en caso de una revuelta.
Cuando llegamos aparcamos y fuimos directos a la playa, había poca gente. Ein Bokek es una especie de pueblo de vacaciones, con hotelazos, algún chiringuto, apartahoteles… vamos, como en Canarias pero en Oriente Medio 😛 .
Chapuzón en el mar muerto
No puedes entrar de golpe, entre otras cosas porque la densidad del agua te lo complica y porque no debes sumergir la cabeza. Si te bañas con alguna herida vas a notar el escozor. Te deslizas suavemente y… voilá! flotas como en tu vida!.
Es una sensación muy interesante: te pones a hacer la plancha y flotas tanto que puedes ponerte a leer. El agua es muy densa, tiene tacto aceitoso. El agua esta a buena temperatura, no cuesta nada entrar. Es una experiencia muy chula! Totalmente recomendable hacerse esta excursión y en el mismo días puedes visitar perfectamente Massada, mar muerto y pasar por Jericho.
Datos de interés:
- Alquilar un coche 25-30€ día
- Kilómetros recorridos: unos 250km ida y vuelta entre Ramallah y Ein Bokek
- Precio de la gasolina: la gasolina 95 está a 6.04 sequeles (1,30 €/l).