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Ruth
Follow rutencaLa Ferrería de Cades es un magnifico lugar para descubrir en el maravilloso Valle del Nansa. Por cierto, Cades es una de las paradas del Camino Lebaniego.
Hacía mucho tiempo que quería visitar la Ferrería y la visita, de aproximadamente una hora, ha merecido totalmente la pena.
Comienza con un vídeo mostrando imágenes de ferrería y con música épica. El vídeo es una producción de los cántabros de Burbuja films.
La Ferrería de Cades es una de las 20 ferrerías inventariadas en Cantabria. Esta la única que se visita. Se remonta al siglo XVIII y estuvo en actividad durante todo el siglo, pero en la segunda mitad del siglo XIX fue abandonada. Fue reconstruida e inaugurada nuevamente en el año 2000.
Durante la visita te explican y ves perfectamente como era el desempeño de ese duro trabajo de convertir el hierro en lingotes que llamaban «tochos».
Las 3 materias imprescindibles para llevar acabo este trabajo era el hierro ( evidente) que venía en barco hasta San Vicente de la Barquera desde Bilbao; el agua que el Nansa proveía y el carbón vegetal, que es el combustible del horno y que procedía de madera de robles, hayas y encinas de los bosques de la zona. Hay que tener en cuenta, que para obtener 20 kilos de carbón vegetal se necesitan 200 kilos de madera, lo que produjo problemas de deforestación en la zona.
En la visita te hacen una demostración de como era trabajar el hierro, como eran los almacenes de madera ( con varias salas aisladas para intentar controlar incendios). Te cuentan como se organizaban los trabajadores, llamados ferrones, grupos de entre 6 y 8 hombres que solían ser vascos (los vascos estaban especializados en esto) y que respondía ante el maestro Aroza, como era conocido el responsable del trabajo en la ferrería.
Era un trabajo muy duro, trabajaban de lunes a sábado sin descanso las 24 horas y la temporada duraba de septiembre a junio ( en verano se hacían labores de puesta a punto de la Ferrería y los ferrones descansaban).
Hay que destacar que en esas 24 horas de trabajo sólo hacían 4 tochos ( 60-70 kilos cada tocho). En una temporada al final sacaban 60-70 toneladas. Hoy día, en una hora se hace entre 80 y 100 toneladas.
Las Ferrerías cerraron con la llegada de los altos hornos porque era imposible competir.
La Ferrería de Cades cerró en 1850. Luego fue fragua. Luego quedo abandonado hasta trabajos de rehabilitación y ahora podemos disfrutar de una bonita visita.
Además de La Ferrería, la vista incluye un molino.
Este era un molino de harina de maíz que era el sustento principal de la zona. La presencia de un molino siempre viene condicionada por la presencia de un río.
El molinero cobraba en grano, se quedaba con parte del grano que molía. Por cada «ceremin» (12 kilos de molienda), se quedaba con una «maquila» (un kilo).
Había un dicho popular » Podrás cambiar de molinero, pero no de ladrón».
Esa era la fama del molinero, por eso los molinos eran centros sociales. La gente se quedaba viendo la molienda, no se fiaban mucho del molinero.
La visita a la Ferrería estuvo muy bien aprovechada: aprendes muchas cosas y el entorno es precioso. La gente que te enseña la ferrería son gente muy profesional.
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