El domingo fuimos a la última jornada de la bandera de La Concha en San Sebastián, una experiencia muy recomendable aunque no seas aficionado al remo.
San Sebastián es una ciudad maravillosa y que nos encanta: pequeña y coqueta, con el encanto de un pueblo marinero, sus playas y puerto y ese casco viejo lleno de vida, con sus pintxos y el txacolí, lo dicho, nos encanta San Sebastián.
Nos dimos un buen madrugón y a pasadas las 10 de la mañana ya estábamos allí. Merece la pena disfrutar de la ciudad y de ese ambiente inmejorable, la gente se vuelca para la bandera de La Concha.
Urdaibai primero a que sí; Urdaibai antes que Kaiku; Hondarribi antes que Kaiku; Hondarribi a Orio 5 a q sí
Nos acercamos al puerto y lo primero que observamos son los señores de las apuestas. Es un espectáculo verlo. Lo bueno de ir con un amigo muy aficionado, es que nos iba comentando lo que decían los señores (lo cantaban en euskera):
Luego nos acercamos a la rampa para ver embarcar. La verdad es que es muy emocionante. En la mayoría de las embarcaciones los remeros suben al patrón de la embarcación a cuchus para que no se moje los pies, siguiendo la tradición.
Luego entramos a la zona donde se ve (a lo lejos) la competición, por donde el Aquarium. La entrada nos costo 3,5 € y la gente se colocaba por la muralla del monte Urgull. Ahí subimos y aunque fuimos pronto, ya había mucha gente. La gente se lleva bien de provisiones, es un plan dominguero con la emoción del remo.
Cuando acaba la competición todas la embarcaciones, desde las traineras hasta todo tipo de barcos que lo siguen vuelven a puerto, la imagen es bien bonita. El Puerto estaba a rebosar esperando la llegada de las traineras y sobre todo la del vencedor, que este año ha sido Urdaibai. La imagen era muy hermosa, el puerto a rebosar de gente y todo el mundo animando.
Luego la animación seguía en el casco viejo durante todo el día, y nosotros tuvimos la oportunidad de comer en una sociedad gastronómica, pero eso lo contamos en el próximo post 🙂