Nos vamos

Un café en El Hospicio Austriaco

Entrada del Hospicio Austríaco en Jerusalén

Después de unas cuantas horas caminando y visitando monumentos religiosos es buen momento para tomarse un respiro, descansar y reponer fuerzas con un magnifico café y el mejor «Strudel» que puedas encontrar en varios miles de kilómetros a la redonda.

No nos resistimos a disfrutar en el jardín de un café (en mi caso capuccino)  y su famoso «Apelstrudel», un tarta de manzana típica de la gastronomía alemana-austriaca.

Un café y el mejor «Strudel» de la zona

En la vía Dolorosa, no muy lejos de la Puerta Damasco, en la esquina de la calle que conduce de la segunda a la tercera Estación del Vía Crucis, se encuentra la entrada a un gran palacio, es el Hospicio Austriaco, un auténtico oasis en medio de la ciudad vieja. 150 años tiene el Hospicio Austriaco, que es un lugar más que recomendable si vuestra intención es dormir dentro de la ciudad vieja, pues funciona como hotel de peregrinos.

Su terraza es una visita obligada por unas espectaculares vistas que nosotros no pudimos visitar porque ¡estaban de obras! 🙁

Vistas desde la terraza intermedia del Hospicio Austríaco en Jerusalén

El Hospicio austriaco de la Sagrada Familia fue oficialmente abierto en 1863. Hasta 1918 el Hospicio sirvió como residencia para el cónsul de Austria en Jerusalén. En 1939 el Hospicio fue confiscado por los ingleses en cuanto que «propiedad alemana». La misma casa fue utilizada como campo de concentración para los sacerdotes austriacos, alemanes e italianos y los miembros de distintas congregaciones religiosas. Tras el año 1948, fue convertido por las autoridades jordanas en hospital. En 1985 el hospital se cerró y el edificio se le restituyó a Austria. En 1987 el edificio fue completamente restaurado y, un año después, reabierto a los peregrinos.

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