El Duomo en Milán

Milán bien vale una visita. Aunque su reputación sea la de una ciudad comercial y no parezca tener tanto encanto como otras ciudades italianas, ya sólo por el Duomo, ese centro neurálgico de la ciudad y la catedral gótica más grande del mundo, Milán merece la pena.

El Duomo

Es un poema de mármol. Mark Twain

Esta impresionante Catedral es un símbolo de la ciudad y merece la pena detenerse a observarla y guardar la cola para entrar.

En 1386 el arzobispo Antonio da Saluzzo comenzó el proyecto en estilo Gótico radiante. Se pueden ver un gran número de esculturas góticas, gárgolas, pináculos y agujas.

Debes subir a los tejados, porque además de apreciar mejor los detalles, tienes una vista fantástica de Milán. En estos tejados existen 2.245 estatuas (¡atrévete a contarlas!) y 96 gárgolas. El punto más alto del templo es la La Madonnina que se levantó en 1762, de una altura de 108,5 m, ahora es uno de los rasgos principales de la catedral. Fue diseñada por Francesco Croce y luce en la cima una famosa estatua dorada que representa a la Virgen María.

Uno de los hechos más destacados de la historia de la catedral se dio a finales de la década de 1480, con la estancia de Leonardo da Vinci en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. El gran maestro del Renacimiento participó en las reuniones y disputas acerca del avance de los trabajos, pero a parte de unos dibujos, no quedo huella en la Catedral, además da Vinci abandono Milán en 1499.

Este gran edificio costó siglos acabarlo (bueno, todavía podría no estar acabada). El 20 de mayo de 1805 Napoleón Bonaparte, a punto de ser coronado rey de Italia, ordenó que la fachada fuera terminada por Carlo Pellicani. Aseguró que todos los gastos recaerían sobre el tesoro francés y aunque jamás se pagó este reembolso, esto ayudó a que finalmente, en solo siete años, la catedral tuviera su fachada terminada. Los detalles finales de la catedral fueron terminados ya en el siglo XX: la última puerta fue inaugurada el 6 de enero de 1965 y se considera como el término del proceso, aunque todavía quedan algunos bloques sin esculpir esperando ser convertidos en estatuas.

Por supuesto, después de observar esta gran obra arquitectónica, puedes visitar justo en un lateral de la catedral, la Galleria Vittorio Emanuele II, donde puedes tomar un rico (y caro) capuccino mientras contemplas todo el ambiente.

Milán también es una buena base de operaciones. Hay bastantes líneas de bajo coste que te llevan a este destino y desde allí puedes moverte a ver otras increíbles ciudades italianas que te ofrecerán otros planes.

La preciosa Bergamo es una más que recomendable excursión desde Milán. A nosotros nos pareció muy interesante y agradable para hacer una excursión de un día.

Hay otros lugares que casi no necesitan presentación y puedes utilizar Milán como base de operaciones para visitarlos.

«La Serenissima», más conocida como Venecia, la ciudad de los canales, es una de las ciudades románticas por excelencia y nosotros tenemos muchísimas ganas de ir a visitarla. Como esta construida sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas unidas entre sí por 455 puentes, hace que su medio de trasporte por excelencia sea la góndola. Esa es la imagen que tenemos todos en la retina clavada: ¡Un paseo en góndola es algo que hay que hacer!. Además de la ciudad en sí, son de fama internacional los «carnavales venecianos», asique si os animáis en esas fechas…¡ a ponerse la mascará y disfrutar!.

Otro destino increíblemente bello y muy asequible es Florencia, que es un gran museo al aire libre. Los enamorados del arte, deben visitar la esta ciudad. Allí nació el Renacimiento, y se la considera una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura. El centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982, y en él destacan obras medievales y renacentistas. En la Galería de la Academia se encuentra una de las más conocidas: el David de Miguel Ángel.

Para ser sinceros, Italia enamora. Nosotros comenzamos a conocerla por Roma y en cuanto comienzas a conocerla, no puedes parar!.

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